11 de septiembre de 2025
Portada » UN AMANECER EN ULURU
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«Ver el amanecer en Uluru es como presenciar el despertar del alma de la tierra; los colores cambiantes del cielo y la roca me recordaron que cada día es una nueva oportunidad para encontrar belleza y propósito en nuestro mundo.” Hiroshi Ipuana Wang.

iroshi Ipuana Wang, el narrador incansable de las rancherías de La Guajira, se encontraba esta vez en un lugar muy diferente a su tierra natal. Había viajado hasta Australia, específicamente a Uluru, una majestuosa formación rocosa que se alzaba imponente en el corazón del desierto. Era el amanecer, y el cielo comenzaba a teñirse de tonos naranjas y rosados, creando un espectáculo visual que dejaba sin aliento a cualquiera que tuviera la fortuna de presenciarlo.

Mientras el sol se elevaba lentamente, Hiroshi se sentó en una roca cercana, rodeado de un grupo de turistas y locales que habían venido a escuchar sus historias. Con su voz profunda y serena, comenzó a relatar una historia que resonaba tanto en los corazones de los presentes como en los suyos propios.

“En mi tierra, La Guajira, también tenemos amaneceres hermosos,” comenzó Hiroshi, “pero hoy quiero contarles una historia que nos une a todos, sin importar de dónde venimos. Es una historia sobre la importancia de cuidar nuestra tierra y a nosotros mismos.”

Hiroshi habló de las altas temperaturas que azotaban tanto a Uluru como a La Guajira. En ambos lugares, el calor extremo era un desafío constante. En Uluru, las temperaturas podían alcanzar los 47 grados Celsius, y en La Guajira, el sol implacable también cobraba su precio. La deshidratación era un problema grave, y muchas vidas se perdían cada año debido a la falta de agua y a la exposición prolongada al calor.

“En Uluru,” continuó Hiroshi, “los aborígenes australianos han aprendido a vivir en armonía con su entorno. Han desarrollado técnicas para recolectar y conservar agua, y han creado refugios que les protegen del calor. Estas prácticas no solo les han permitido sobrevivir, sino también prosperar en un ambiente tan hostil.”

Hiroshi hizo una pausa, permitiendo que sus palabras calaran en la audiencia. Luego, con un tono más reflexivo, añadió: “En La Guajira, también podemos aprender de estas prácticas. Podemos adaptar las técnicas de los aborígenes australianos para enfrentar nuestros propios desafíos. Podemos construir refugios que nos protejan del sol y recolectar agua de manera más eficiente. Al hacerlo, no solo estaremos cuidando de nosotros mismos, sino también de nuestra tierra.”

El sol ya estaba alto en el cielo, y la vista desde Uluru era simplemente fascinante. Hiroshi señaló hacia el horizonte y dijo: “Desde aquí, podemos ver la inmensidad de nuestro planeta. Podemos apreciar su belleza y su fragilidad. Es un recordatorio de que debemos cuidar de él y de nosotros mismos.”

La audiencia escuchaba atentamente, algunos con lágrimas en los ojos, otros asintiendo en silencio. Hiroshi concluyó su historia con una reflexión que resonó profundamente en todos los presentes: “La tierra nos da todo lo que necesitamos para vivir, pero también nos pide que la cuidemos. Si aprendemos a vivir en armonía con nuestro entorno, como lo han hecho los aborígenes australianos, podemos enfrentar cualquier desafío. Y al hacerlo, podemos crear un futuro mejor para nuestras comunidades, tanto en Uluru como en La Guajira.”

Con estas palabras, Hiroshi terminó su relato. El grupo se quedó en silencio por unos momentos, contemplando la majestuosidad de Uluru y reflexionando sobre la importancia de cuidar de nuestro planeta. Luego, uno a uno, se acercaron a Hiroshi para agradecerle por su historia y por la lección que les había dejado.

Hiroshi sonrió, satisfecho de haber compartido una vez más una historia que no solo entretenía, sino que también inspiraba a cuidar de la tierra y de nosotros mismos. Mientras el sol seguía su ascenso, Hiroshi se levantó y se preparó para su próximo destino, sabiendo que siempre habría una nueva historia que contar y una nueva lección que aprender.

“Hasta la próxima, donde el horizonte nos traerá nuevas maravillas.”

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