SENA y Universidad de La Sabana impulsan la acuicultura en La Guajira
Una innovadora investigación, resultado de esta alianza, busca mejorar la producción acuícola y fortalecer la seguridad alimentaria en la región.
A través del uso de probióticos naturales en la cría de tilapia, el SENA Regional Guajira y la Universidad de La Sabana buscan optimizar la calidad del agua utilizada en las unidades de piscicultura y fomentar su sostenibilidad.
Esta iniciativa se desarrolla en los centros acuícolas de Fonseca y Riohacha, beneficiando tanto a la comunidad científica como a las poblaciones locales.
Edson Villamizar Otero, profesional en Acuicultura y contratista de la Universidad de La Sabana, explicó que el proyecto comenzó con la extracción de probióticos del medio natural. Estos microorganismos fueron aislados, identificados y replicados en laboratorio para su incorporación en el alimento de los peces.
“El objetivo principal es identificar un microorganismo que beneficie la producción acuícola en el país», señaló Villamizar.
Además del impacto científico, el proyecto tiene un fuerte componente social, destinando parte de la producción a comunidades de escasos recursos, incluidas poblaciones indígenas wayúu. Asimismo, estudiantes del SENA han recibido capacitación y beneficios directos gracias a esta iniciativa.
Por su parte, Jessica Rojas, investigadora de la Universidad de La Sabana, destacó que este es un proyecto ambicioso con tres grandes objetivos: mejorar la infraestructura del SENA en La Guajira, optimizar los sistemas de producción acuícola y reducir la huella hídrica en una región donde el agua es un recurso escaso.
“El SENA ha sido un aliado clave en este proceso. Nos ha permitido llegar a la comunidad y fortalecer el conocimiento sobre la relación entre el agua, los microorganismos y la especie en cultivo, con el fin de hacer la acuicultura más productiva y sostenible”, afirmó Rojas.
Gracias a esta colaboración, se ha ampliado el sistema de recirculación acuícola (RAS) en Fonseca y se ha instalado un nuevo sistema en Riohacha, permitiendo una producción más eficiente y sostenible.
A futuro, se espera que el probiótico desarrollado pueda producirse a mayor escala y distribuirse en todo el país, contribuyendo al fortalecimiento de la acuicultura y a la mejora de la seguridad alimentaria en las comunidades más vulnerables.
